¿Cómo entra el Gas Radón en las viviendas?
La entrada principal del Gas Radón en las viviendas es el terreno.
El Radón se filtra a través de la solera, la cámara de aire de los muros exteriores, los muros del sótano, los conductos de saneamiento, las tuberías del suministro de agua, el forjado sanitario y también a través de fisuras, grietas o juntas en el suelo o en las paredes. También asciende por los empalmes en las construcciones o los espacios que quedan en los cimientos alrededor de las tuberías, varillas o bombas, desagües, sumideros, y cualquier espacio abierto en la edificación y es por este motivo que las concentraciones más altas de este gas suelen hallarse en sótanos y bodegas y espacios habitables que están en en contacto directo con el terreno.
Cuando el radón, en su movimiento ascendente a través del terreno, se topa con una construcción, penetrará en ella a través de todas aquellas fisuras, aberturas y poros (conductos de saneamiento, forjado sanitario, cámara de aire en muros, solera, juntas pared-suelo, etc.) de su estructura en contacto con el sustrato donde se asienta.
El flujo de entrada o inmisión de radón es favorecido por la diferencia de presión que suele existir entre el gas que el suelo contiene y el aire del interior del edificio.
Por lo tanto, los niveles de radón en un determinado recinto dependerán de las características geológicas del terreno, permeabilidad y contenido de agua del suelo, de diversas variables meteorológicas y ambientales, del tipo de construcción, de los materiales de construcción o de revestimiento utilizado y del grado de ventilación del espacio.
Así, pueden existir edificios muy próximos entre ellos con niveles de radón muy distintos debido a las variaciones en las soluciones constructivas adoptadas y el estado de conservación de las edificaciones.
Como hemos dicho, el radón no presenta altos niveles al aire libre, pero en los edificios tiende a acumularse y puede alcanzar niveles tóxicos para la salud.
Se habla también de que el radón puede acumularse en el interior de las viviendas debido a las emisiones que producen los materiales de construcción.
Casi cualquier material de construcción realizado con sustancias naturales, puede que emita algún nivel de radón. Estos niveles son muy bajos en la mayoría de los casos y no contribuye considerablemente con la exposición al radón.
La exposición al radón en interiores es la fuente principal de radiación ionizante que un ser humano recibirá en la vida y puede ser alto en viviendas, pero también en radón en centros de trabajo y espacios públicos.