El radón en centros de trabajo

El radón en centros de trabajo

El pasado 6 de febrero finalizó el plazo para la transposición de la DIRECTIVA 2013/59/EURATOM del consejo de 5 de Diciembre de 2013, por la que se establecen normas de seguridad básicas para la protección contra los peligros derivados de la exposición a radiaciones ionizantes.

A pesar de que la DIRECTIVA 2013/59/EURATOM DEL CONSEJO de 5 de Diciembre de 2013 obliga a los Estados miembros a elaborar planes de acción nacionales para abordar los riesgos a largo plazo de la exposición al radón, el Gobierno de España solo ha realizado una transposición parcial de esta Directiva, sin establecer niveles de referencia para las concentraciones de radón en viviendas y espacios de trabajo, que sí están regulados en la directiva citada.

En Radón Control Services® hemos desarrollado esta breve guía para empresarios que detalla los pasos a seguir para el correcto control de las concentraciones de radón en sus edificios.

El radón en centros de trabajo

  • 01 Identificación

Las exposiciones a la radiación ionizante de origen natural debidas a actividades laborales no relacionadas con el ciclo del combustible nuclear se incorporaron por primera vez a la legislación española mediante el Real Decreto 783/2001 de 6 de Julio, por el que se aprueba el Reglamento sobre Protección Sanitaria contra Radiaciones Ionizantes (RPSRI), que traspuso la Directiva Europea 96/29/Euratom.

El título VII del RPSRI establece que los responsables de los centros de trabajo tienen la obligación de realizar los estudios necesarios para determinar si los niveles de radón existentes están dentro de niveles de seguridad, no suponiendo un riesgo desde el punto de vista de la protección radiológica.

Entre las actividades a las que atañe el título VII se encuentran las de proteger la salud de los trabajadores.

Todos los empresarios deberán por lo tanto identificar los edificios en los que los niveles de concentración de radón supongan un riesgo potencial de exposición al radón y puedan afectar a la salud de sus trabajadores y del público si fuese el caso.

  • 02 Medición

Si el edificio está situado en una zona de actuación prioritaria, en la que las concentraciones de radón en el suelo puedan poner en riesgo a la población deberá realizar una medición.

Esta medición permitirá diseñar actuaciones técnicas encaminadas a reducir las exposiciones al radón en el ambiente laboral. Estas actuaciones deberían llevarse a cabo siempre que sea razonablemente posible, aún cuando la concentración de radón en aire sea inferior al nivel de referencia establecido (300 Bq/m3).

Ámbitos de actuación:

Lugares de trabajo subterráneos, incluyendo aparcamientos públicos y privados de uso público, metro, minas en explotación, minas-museo, cuevas turísticas, etc.

Lugares de trabajo en los que se exploten o traten aguas de origen subterráneo, como las plantas potabilizadoras de aguas de este origen o los establecimientos termales.

Todos los lugares de trabajo situados en áreas de actuación prioritaria cuya geología pueda favorecer el transporte de grandes cantidades de radón al interior de lugares cerrados como zonas graníticas, volcánicas o de fallas activas.

La zonas más afectadas pueden verse en el mapa del potencial de radón en España, desarrollado por el CSN – Consejo de Seguridad Nuclear.

Debido a la gran importancia de los resultados de la medición, pues a partir de los niveles que arroje se tomarán acciones bien diferenciadas, nuestra recomendación es que contrate siempre una empresa que utilice una metodología reconocida por organismos internacionales.

  • 03 Mitigación

Si el nivel de concentración de radón supera en el edificio los límites establecidos, deberá actuar con celeridad para instalar los sistemas de mitigación que permitan la reducción de las altas concentraciones.

En el proceso de mitigación del radón debe primar el principio de optimización, lo que implica mantener la exposición de los trabajadores y el público tan bajas como sea posible.

Existen varias técnicas de remediación del radón.

NO EXISTE UNA SOLUCIÓN ÚNICA.

Cada edificio deberá ser tratado en función de una serie de factores como la geología, meteorología, uso y costumbres de sus habitantes.

  • 04 Administración

En los casos pocos comunes en los que no se pueda reducir el nivel de gas radón, restringir el acceso a las zonas afectadas y monitorizar a los trabajadores será la solución.

También es muy importante ofrecerles la información necesaria para garantizar que su percepción del riesgo es adecuada, así como proporcionarles una formación básica sobre fuentes naturales de radiación.

  • 05 Revisión

El nivel de gas radón debe ser medido de nuevo con frecuencia sobre todo en el caso de haber realizado cualquier cambio en el edificio como por ejemplo la instalación de nuevas ventanas o un cambio de uso, pues puede variar el nivel de radón interior.

Además, la fluctuaciones temporales en las concentraciones de radón pueden llegar a ser muy diferentes, pues el radón presenta ciclos diarios y estacionales, influenciados por varios factores como la diferencia de presión entre el exterior y el subsuelo de los edificios, los hábitos de sus ocupantes o las condiciones metereológicas y el tipo de suelo sobre el que se asiente.

Guía para una medición correcta en centros de trabajo

Antes de realizar una medición real es recomendable realizar un estudio previo para identificar los posibles lugares por donde el radón del suelo podría filtrarse hacia el edificio.

La comprobación de las zonas ventilación y posibles focos de radiación gamma, ayudarán a realizar un plan más detallado para la ubicación de los detectores. También es importante para establecer la mejor manera de realizar la actuación posterior de remediación de radón.

  • Requisitos de medición general

Las mediciones deberán realizarse durante un período de al menos 3 meses.

Las mediciones deberán ser analizadas por un laboratorio acreditado por la ISO 17025.

  • Habitaciones / Zonas a medir

Estancias con una ocupación superior a 4 horas al día.

Todas las estancias o habitaciones subterráneas en las que existe un riesgo significativo de entrada de radón y que sean utilizadas más de 50 horas por año (sobre una hora semanal).

  • Número de medidores a utilizar

Sótanos y Planta bajas. Mida todas las habitaciones/estancias que cumplan los requisitos anteriores. Para espacios más grandes, sitúe al menos un detector por cada 150 m.

Plantas superiores. Sitúe al menos 2 detectores por planta y un detector por cada 250 m.

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